Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1878 (Cortes de 1876 a 1879)
Sesión: 15 de junio de 1878
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 88, 2500
Tema: Investigación de la riqueza rústica del territorio

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: Muy pocas palabras voy a decir en apoyo de la proposición que con otros Sres. Diputados pertenecientes a todos los partidos he tenido la honra de suscribir. Tiene ella por objeto la investigación de la riqueza inmueble de nuestro país, fijando la posición, la forma, el relieve y la cabida de cada finca, y su situación por la situación de las colindantes, o lo que es lo mismo, definiendo de una manera precisa y clara todas y cada una de las fincas que constituyen la propiedad territorial de la Nación. Las dos quintas partes de esta propiedad están sin asimilar, ya porque se encuentra oculta, ya por ser desconocida; y con inventario tan inexacto de nuestra riqueza territorial es absolutamente inútil la rectificación de los amillaramientos, que es el único sistema a que vienen todas las Administraciones sometiéndose para la imposición de los tributos. Es de todo punto inútil la rectificación de los amillaramientos y es indispensable hacerla de nuevo; pero esto requiere la atención de todas y cada una de las partes interesadas.

Es verdad que se hacen mediciones parciales para atender a reclamaciones de agravios, y es cierto también que los cuerpos de ingenieros de caminos, de minas y de montes hacen trabajos importantes y no es menos cierto que se hacen trabajos admirables geodésicos y para el relleno del mapa de España, pero se hacen aisladamente, y por falta de unidad no pueden relacionarse entre sí, ni pueden comprobarse, ni pueden ser aprovechados para otros fines que los especiales que esos cuerpos se proponen. La medición, pues, del territorio debemos hacerla de manera que sea aprovechable para todo género de aplicaciones; y una vez realizada, lograr tenga la exactitud suficiente para los proyectos futuros de obras públicas, para los planos topográficos del relleno del mapa, para trabajos hidrológicos, geodésicos y forestales, y lo que importa sobre todo, para la equitativa distribución de los impuestos, y lo que aún parece más difícil de lograr, para garantía perpetua de la riqueza territorial, que hoy por hoy no tiene medios de ser replanteada con perfecta exactitud en cualquier tiempo, que es lo que aspiran a obtener por medio de la medición de las Naciones más adelantadas, subsanando con ello los defectos que en otros tiempos se cometieron al llevar a cabo el levantamiento de su catastro, porque en aquellos tiempos no tenían tantas necesidades como tiene la época actual.

A conseguir este gran propósito lo más pronto posible y sin gravamen alguno para el Estado, es a lo que se encamina la proposición que en brevísimas palabras tengo la honra de apoyar. Los autores de esta proposición no se entrometen ahora a determinar si la forma con que ese pensamiento se lleve a cabo es buena o mala; ha habido que determinar un procedimiento para concretar la proposición de ley; pero lo que los autores sostienen es el pensamiento, Sres. Diputados, que es de absoluta necesidad para la Administración, que es conveniente para los administrados, que es para todos bueno; y puesto que es para todos bueno y no tiene nada que ver con los partidos, yo a todos me dirijo, a amigos y a adversarios, suplicándoles que tomen en consideración el pensamiento, para que después, pasado éste a la Comisión que haya de dar dictamen, lo estudie con mayor detenimiento, lo examine con más datos y con la experiencia que el Gobierno tiene, y trayéndolo luego a la deliberación del Congreso, procuremos todos llevar cada cual aquella parte que pueda a la única base de justicia y equidad en la repartición, hoy tan desigual y por consiguiente tan insoportable de las cargas públicas.

A esto se encamina mi súplica, nada más que a esto. Y después, el procedimiento, o la forma en que esto haya de llevarse a cabo, la Comisión con el Gobierno lo determinarán, y después el Congreso aceptará aquello que sea más conveniente, en la seguridad de que el Gobierno hará un gran bien y lo merecerá de la Patria, así como todos aquellos que continúen hasta concluirlo, único modo de que las cargas públicas no se hagan tan insoportables y de que el Gobierno adquiera unos ingresos de que hoy carece. [2500]



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